jueves, 17 de enero de 2008

EL ENTORNO MEDIATICO DE LA RADIO



La radio en los cambios culturales y tecnológicos de la sociedad.

“Los nuevos medios en la Sociedad de la Información
Cambios tecnológicos y calidad del periodismo”

José Manuel de Pablos Coello* / Concha Mateos Martín**

*Catedrático de Periodismo - Universidad de La Laguna (Tenerife, Canarias)
**Doctoranda en Ciencias de la Información (ULL)

El contenido que hallamos en los media, por término general, ¿tiene la alta calidad que se espera de estos medios clásicos y tan conocida su hechura por el mundo profesional, donde no hay misterios para su realización? Todo parece indicar que no, que hay una crisis no sólo aparente sino muy vista, que la generalidad de las empresas de comunicación periodística se ocupa más de los resultados de su balance anual que de llenar de contenidos ricos sus espacios de comunicación, sean planas de periódico o minutos de radio o televisión.



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Los medios informativos están cambiando, como siempre han hecho cuando ha entrado en el juego de los usos informativos una nueva tecnología. La palabra, la escritura, la imprenta, la transmisión sonora de la radio, el registro magnético del sonido y de la imagen, los medios electrónicos, los soportes digitales y las redes -y otras tecnologías que nos saltamos- han ido enlazando eslabones de una cadena en la que la información encontraba siempre una estructura nueva y unas reglas nuevas de producción y consumo, en definitiva, una configuración nueva que modificaba casi siempre su naturaleza y rasgos epistemológicos.

La escritura, por ejemplo: irrumpe y de pronto permite ausentarse al emisor de la comunicación informativa, introduce nuevas posibilidades de mentira, genera el rasgo de la autoría y de la firma, hace posible que se desimultanice los actos de emitir y recibir, que emisor y receptor pisen espacios y calendarios distintos.

La imprenta luego abre un abanico a la emisión, a la copia masiva, rompe la unicidad del hilo transmisor del manuscrito, objeto físico único que transita físicamente entre el emisor y el receptor. Y así todas las tecnologías. Cada una repercute de distinta forma.

Los medios median y transforman la experiencia humana de la información. Vamos a analizar ahora de qué forma la sociedad mediática y la cultura que genera esta sociedad determinan los rasgos de la Sociedad de la Información.

Consideremos primero lo que es el medio.

Cuando empleamos la palabra 'medio' nos encontramos de lleno con el fenómeno de la polisemia: un mismo término puede significar varios conceptos, diferentes ideas. De hecho, todo es medio: el mundo es yo y el medio, todo lo demás diferente a mí es medio. Medio entre yo y el mundo. Dice el DRAE que medio es "lo que está entre dos extremos, en el centro de algo o entre dos cosas".

¿Cuáles son esos extremos entre los que median los medios de la Sociedad de la Información?

Podríamos afirmar que todo es medio: yo y todo lo demás es medio. Yo, como medio. Mis órganos, medios para la vida. Todo es medio, entonces. Mi boca es medio para poder comer y mi corazón para bombear la sangre por el organismo. Todo media. Estamos en un medio, somos medio nosotros mismos.

A la voz medio le afecta la polisemia, la pluralidad de significados, un obstáculo del lenguaje que nos hace desentendernos cuando aplicamos una palabra y concebimos un concepto diferente al que aplicó el emisor.

Esta silla donde estoy es un medio para que una persona pueda estar sentada y es medio una mesa, para que otra persona pueda comer en ella o disponer de unos papeles. La electricidad es medio para que podamos ver en la oscuridad y para que se mueva una máquina. Todo lo que no es yo y yo también es medio, así que es fácil captar la dificultad y la alegría cuando se dice por ejemplo que Internet es un nuevo medio. Claro que es medio Internet, lo mismo que la silla y la mesa: aunque Internet fuera un yo, también sería medio.

Cuando hablamos de 'sociedad de la información' entramos en un campo semejante, en uno de los barrios de Babel: ¿Qué es realmente la sociedad de la información?, anunciada en los 70, primero por Daniel Bell 1, poco después por Nora y Minc2 y por Masuda.3 ¿Hay una sola sociedad de la información? ¿Vivimos exactamente en una sociedad de la información? ¿Interesa tanto la sociedad de la información como la utópica sociedad del conocimiento? Es cierto que la información tiene cada día que pasa mayor importancia entre nosotros, en nuestro medio. Se trata de una idea de finales del pasado siglo, aunque para algunos parece una invención de mañana mismo... Otras veces, parece que vivimos en una sociedad de la desinformación y con la nueva guerra infame e invasión de Irak, lo que parece es que vivimos en una sociedad del cinismo, que nos gobiernan cínicos acomodados en el poder.4

Aunque todo quepa, no todo vale

Con este preámbulo no hace falta adivinar que si tratamos de reflexionar sobre los nuevos medios en la sociedad de la información se podrán decir muchas cosas y lo más probable es que todas estén acertadas, pero aunque todo quepa en el enunciado no parece que todo valga. De ahí que resulte aconsejable extremar el cuidado en lo que se diga y la atención, para no entrar de lleno en tierra de Babel.

Nosotros entendemos el concepto de Sociedad de la Información como el resultado de cruzar estas circunstancias :

- Se da en un tiempo y un contexto post-industrial.
- Registra una superabundancia de flujos informativos.
- La posesión, producción, aprehensión o control de información por un individuo le determina socialmente.

Es decir, el papel que cada persona llega a desempeñar en las estructuras sociales de la Sociedad de la Información viene determinado, afectado, limitado, promovido, por la relación que tal persona tienen con los flujos informativos:

* maneja mucha información,
* o poca,
* la produce,
* o sólo la consume,
* no es nunca emisor,
* o también es emisor y receptor de forma repartida y equilibrada,
* consume tales o cuales formatos informativos,
* y lo hace con tal frecuencia, etc.

Despejado someramente el problema derivado de la polisemia y de la dificultad de entender cabalmente el concepto 'sociedad de la información', trataremos de entrar en materia, de referirnos a "Los nuevos medios en la sociedad de la información", y dejaremos de lado por el momento la cuestión de si tal vez no interesaría más hablar y referirnos -como dijimos- a una sociedad del conocimiento5, que a una sociedad de la información.

Entendemos que en el enunciado de la reflexión que nos reúne 'nuevos medios' se quiere referir a nuevos medios de comunicación, y entonces entramos nuevamente en otro campo de polisemia, porque "medio de comunicación" significa también muchas cosas: desde una carretera hasta una nueva línea aérea o telefónica. Superemos, no obstante, este escollo, si nos ceñimos a medios de comunicación de masas. Pero, dado que alguien podrá decir que esa carretera es un magnífico medio de comunicación de masas, y ello es cierto, vamos a centrar más la idea para alejarnos de esta nueva polisemia, y acordemos que vamos a hablar de medios informativos de carácter social, de medios noticiosos o periodísticos.

Con este acuerdo habremos podado de polisemia nuestro objeto de reflexión y exposición. Dicho esto, podemos avanzar con un nuevo acuerdo: hablar hoy de sociedad de la información implica la referencia a lo digital y a Internet, y a la combinación de los medios electrónicos con la red, de modo que éste puede ser el momento para indicar que Internet es un medio según la teoría de "yo y el resto, y hasta yo soy medio", pero, a su vez, Internet no es medio si consideramos la práctica periodística según la cual todo medio, para ser tal, ha de tener una cabecera única bajo la que se cobija su contenido. Internet, es evidente, no es una cabecera de un medio periodístico o informativo. Internet, entonces, como los conceptos prensa, radio o televisión, lejos de ser medios son aposentos de medios, son ámbitos donde los medios se manifiestan y se encuentran con la sociedad. Internet es una plataforma para acoger medios, sobre todo amparados en la tecnología web, aunque no sólo.6

Veamos cuatro ejemplos de medios en los citados cuatro ámbitos comunicativos, tres de los cuales podemos calificar de 'clásicos': La Jornada, en prensa; Caracol, en radio; Canal 8, en televisión, y La Estrella Digital, en internet. En ninguno de los cuatro casos hemos hallado la palabra genérica en el título de la cabecera, aunque también la podríamos haber encontrado. Estos cuatro medios tienen algo en común: significan el título o cabecera informativa de algún proyecto de comunicación social. Ellos, La Jornada, Caracol, Canal 8 y La Estrella Digital son los medios; la prensa, la radio, la televisión e internet son los entornos o plataformas para esos medios. En cada uno de esos ámbitos podrá haber tantos medios como proyectos logren ponerse en marcha. El medio, en esos casos, será el mensaje (bloque de forma y contenido, conjunto identitario) que recibe amparo bajo la protección de una cabecera determinada... de un medio.

La prensa, nada que ver con la sociedad de la información

Desde nuestro punto de vista, la prensa tiene poco que ver con la idea de sociedad de la información. La información surtida por los medios impresos, cuando la prensa era el medio informativo por excelencia (siglos XVIII y XIX), era la información universal casi, extremo ya superado desde el momento en que aparecieron otros entornos y además hoy se vislumbran alternativas con mayor capacidad o aptitud para acomodarse a los parámetros de un mundo interconectado y de un sistema complejo de conexión telemática. En consecuencia, podemos decir que la prensa como tal ámbito de comunicación social está en decadencia -como el propio soporte físico donde se plasma, el papel-, y no parece que se vaya a desarrollar como tal prensa, de modo genérico, aunque podrá haber proyectos en crecimiento, pero tal desarrollo -que será singular- es difícil que sea universal. En decadencia, como elemento físico que porta información, pero, ¿hay también una decadencia en la validez o riqueza primaria de esos contenidos? De ser así, estaríamos ante una situación penosa y lamentable, que ridiculizaría que hablemos de nuevos medios, si estos nacen a la sombra de aquellos otros que muestran una forma de ocaso, con un acelerado envejecimiento de las audiencias, de los hasta ahora compradores de periódicos.7

Aquí volvemos a encontrarnos con Babel como compañera de viaje. Sucede cuando alguien habla de 'prensa digital' o de 'prensa electrónica', como si lo digital no fuera un concepto contrariado con la pesadez industrial de la prensa, como si tal binomio, 'prensa digital', no fuera una incoherencia a la que se le quiere dar carta de naturaleza en un mundo digital. Lo mismo se podrá decir del binomio 'prensa electrónica' o 'periódico electrónico', ya que la edición del diario, en su fase de preimpresión, hace años que es electrónica, extremo que para muchos sigue siendo tan novedoso que hacen uso de tal concepto, como no ocurre con los ámbitos electrónicos desde su nacimiento, la radio o la televisión: nadie habla de 'radio electrónica' o 'televisión electrónica'. Esto que decimos vale para esa nueva incoherencia que aparece cuando hay referencia a 'prensa online', 'prensa (o periódico) digital' o 'prensa enlínea'. Se trata de una manifestación de distintos niveles de (in)cultura profesional en esos diferentes ámbitos comunicativos.

Si la prensa no tiene futuro de desarrollo en la sociedad de la información, la radio y la televisión sí tienen su posibilidad de presencia ampliada en el nuevo mundo digital. La radio digital y la televisión digital tienen diferentes posibilidades de desarrollo y existencia, hasta el punto de que la convergencia de ámbitos y la posesión de un receptor común para todo es una posibilidad técnica fácil de entender, sencilla de plasmar materialmente y sólo a la espera de que el mercado madure para ver ese nuevo multirreceptor en las tiendas de electrodomésticos.

Antes de la llegada de ese receptor común, un aparato parecido a un monitor de televisión, pasaremos por tecnologías intermedias o de entretiempo tecnológico, para dar lugar al establecimiento y asentamiento de técnicas más duraderas y capaces de permanencia en la sociedad. También, y sobre todo, para que los fabricantes puedan amortizar inversiones, sacar sus excedentes ya obsoletos...

La radio digital, la radioweb

La radio digital, como nuevo entorno mediático de una sociedad de la información, parece que es el sistema con mayores dificultades de establecimiento.8 Los altos costos del aparato necesario para captar la señal numérica9 es un inconveniente insalvable para su establecimiento, más allá de las inversiones que hacen las empresas emisoras para disponer de esa señal binaria radiofónica y del aparente optimismo y entusiasmo de los fabricantes y vendedores. La existencia de una alternativa válida y casi gratuita, la radio en la web (la radioweb), que también es radio digital (barata y popular: no comercial), es otro de los inmensos obstáculos que va a tener siempre la radio digital, hasta el punto de que no va a ser ninguna aseveración aventurada estimar que la radio digital DAB10 diferente a la radioweb nunca se va a establecer en la sociedad con la actual fórmula de la radio clásica, que no va a ser útil para la emisión informativa o de programas de entretenimiento.

Si son otros los fines empresariales de esta radio digital, entonces podrá defender su permanencia, sólo con una salida de este tipo. Esta radio digital no es competitiva con la radioweb en lo económico, aunque sí en su calidad de emisión y audición, a pesar de las dificultades que tiene ésta, que sí parecen salvables, para ofrecer un mejor servicio al radioyente.

La radioweb es un proyecto alternativo, nada que ver con el negocio, como sucede con la radio digital en modalidad DAB. Ésa es una de las razones que originan que de la radioweb no haya foros de empresas, como sucede con la DAB, porque mientras ésta forma parte de un entramado empresarial, la radioweb es alternativa y poco tiene que ver con la generación de plusvalías económicas, aunque sí culturales y de pensamiento. La radioweb es una radio social y socializada.

El panorama expuesto de carestía del receptor de radio digital DAB tal vez podría cambiar si aparecen ayudas estatales, al estilo de un Plan Renove ofrecido para la renovación del parque automovilístico. En este caso aparece un móvil diferente, la idea de rebajar el número de accidentes de tránsito, reducir el número de vidas que perecen en la carretera. Este valor añadido del Plan Renove está claro que no lo posee la radio digital, que, no obstante, dispone a su favor de la presión mediática e interés de desarrollo de sus empresarios, como se deja ver al amparo de iniciativas tipo Foro de la Radio Digital.

La televisión digital

La televisión digital es el otro entorno con grandes posibilidades de permanencia y desarrollo, como estamos viendo, al menos en el ámbito tecnológico. La edición digital implica mayor ligereza en los preparativos anteriores a la emisión de la señal, aunque luego la captación de los espacios transmitidos sea convencional. Cuando no es así e igualmente es digital la llegada de la señal, las grandes posibilidades de emisión suponen una auténtica revolución comunicativa y la enorme cantidad de canales que pueden entrar por un receptor es algo impensable hace unos años.

Otro extremo bastante diferente es la calidad del contenido de esos canales y la discusión planteada acerca de si realmente una persona precisa tanta cantidad de señales para gozar de la televisión o si estamos ante una especie de ebriedad tecnológica sin mucho sentido de ser, al margen de las apetencias empresariales y de poder de sus propietarios o accionistas mayores.


Una primera convergencia: radio, en el receptor de TV

Si aceptamos la idea de que la radio y la televisión se diferencian desde el punto de vista técnico, al margen de sus propios lenguajes, en que aunque las dos dispongan de audio sólo la segunda tiene vídeo, podemos encontrar la primera convergencia entre ambas tecnologías cuando a través de la pantalla del receptor televisual podemos escuchar radio, radio digital, o sea, audio sin imágenes.

La televisión pudo haberse llamado 'teleaudiovisión' y la radio haberse denominado 'teleaudio'. Se aprecia así cómo la televisión digital puede absorber por completo la idea de radio cuando ésta es digital. Los hechos así lo demuestran: la plataforma de televisión digital que facilita la emisión digital de radio evita que el televidente transformado en radioyente haya tenido que disponer de un receptor de radio. Por vez primera -junto a la radio en la web- se escucha radio sin necesidad de un receptor específico o exclusivo de radio. En realidad, esto deja patente la idea de teleaudiovisión que acabamos de indicar.

En conclusiones parciales, hasta aquí encontramos:

- La prensa tiene poco que ver con una sociedad de la información;

- El sistema informativo gráfico tiene alternativas en el mundo digital (todavía no nos hemos detenido en ellas en este trabajo);

- La radio digital exclusiva tiene pocas posibilidades como nuevo entorno mediático público, social o individual, porque tiene enfrente la idea de radioweb, con las mejorías precisas para que realmente pase a ser competitiva, como ya lo muestran algunos detalles, como grado de accesibilidad y gratuidad.

- La televisión digital es una buena plataforma emparejada a un mundo digital y llega a ser canal para la radio digital, de manera que por vez primera -junto a la radio en la web- se escucha radio sin un receptor específico para recibir la señal radiofónica.

- La convergencia de tecnologías en un aparato único y polivalente se manifiesta o vislumbra en el receptor televisual que recibe radio o audio sin imágenes.


Las dificultades de la prensa en un mundo digital

La prensa es hija de la sociedad industrial e industrial y pesado sigue siendo su proceso de elaboración, nada que ver con el mundo digital que sólo se avecina o se vislumbra en ella casi como un entorno de ficción científica. Mucha prensa sigue encerrada en la idea de un Gutenberg mal interpretado.11

Los periódicos en soporte papel hace tiempo que se han modernizado en su fase de edición o preimpresión, digitalizados hace años.12 El problema, el trauma tecnológico, hace aparición en el momento final del acercamiento a sus lectores, mediante la impresión: en ese instante, el periódico da un magnífico salto atrás en el tiempo y manifiesta una ruptura tecnológica de varios siglos, hasta ponerse en línea con la práctica gutenberguiana de imprimir por medio de la fuerza de una prensa vinícola. O sea, el servicio informativo que se había confeccionado informáticamente se torna analógico y medieval, para llegar a los lectores en un soporte igualmente antiguo, el papel, sin relación con el más ligero aparentemente de los soportes existentes, que es la luz de las pantallas de los monitores, sean de televisión o informáticos.

Lo anterior señala que el papel como vía de soportar el mensaje gráfico,13 aunque nunca desaparecerá, como no le ha sucedido al papiro ni al pergamino, no tiene relación alguna con el mundo digital, con la sociedad de la información.14 Distinto es el mensaje gráfico o plasmado por medio del trazo gráfico, sea éste mediado por la tinta sobre el papel o una marca de luz sobre una pantalla. Ese mensaje o servicio informativo gráfico sí que mantiene todo su vigor y su prestancia comunicativa, casada con la teoría del mundo digital cuando el mensaje se produce y difunde de manera digital. Es el tiempo auroral de la periótica o periodismo de la era telemática.15


La web, 'motor de agua' del periodismo en línea

Es ahí donde hace su emergente aparición la jovencísima tecnología de la World Wide Web de Tim Berners-Lee16 y facilita los parámetros de un auténtico ''motor de agua'' del periodismo enlínea.

Siempre hemos oído hablar de un hipotético motor de agua, un ingenio que usara el agua como combustible, que acabara con las penurias de la dependencia del petróleo. Esa vana ilusión iba acompañada de una segunda parte: alguna gran compañía lo ha adquirido, para no ponerlo nunca en el mercado, por aquello de la perversidad del capitalismo.

Bien, pues la tecnología libre y universal de la WWW podría transformarse en el 'motor de agua' de la información enlínea pública, no dependiente de empresas o entidades lucrativas. La capacidad comunicativa de esta tecnología europea hecha planetaria es tal que podría dar lugar al 'periódico' universal,17 a un tipo de servicio informativo profesional y público como jamás se ha visto en el mundo de la comunicación social.

Un proyecto de web pública, al margen de recursos humanos y técnicos, exige de tiempo para su establecimiento y de puntos públicos de lectura, para originar un cuerpo social de ciberlectores, además con la mínima formación técnica para entrar en un programa navegador o con la cultura mínima precisa para buscar la web deseada y admitir la lectura en pantalla. La web pública, en estos momentos, no deja de ser una ilusión, una idea en el campo de la utopía. Pero, ¿no lo eran en su momento las emisoras públicas de radio y televisión y éstas siguen apareciendo donde aparece un gobierno nuevo? Problema muy diferente es el del medio público que se convierte en gubernamental: así ocurre con TVE, pero no con la BBC. Ambas son emisoras públicas y mientras la española sirve al gobierno de turno -como se apreció en la ocupación de Irak-, la británica hace alardes profesionales de objetividad, hasta el punto de ser criticada por el propio gobierno en guerra.

La realidad nos viene diciendo que todas las empresas editoras de prensa que ponen un servicio periodístico enlínea, versión del diario en papel o éste, con actualizaciones, siempre lo hacen apoyados en la tecnología estándar de la web, en el correspondiente sitioweb que crea o alquila esa empresa con tal destino. También la realidad nos asegura que estas empresas desean rentabilizar su nuevo medio, que ésa es la gran preocupación, obtener rendimiento al esfuerzo invertido en esa extensión del negocio que de momento no es un filón.

La idea de la rentabilidad no tiene lugar en los medios informativos públicos, radio o televisión, que son los únicos de esta especie en el mundo actual, y ahí podemos encontrar un argumento a favor de la posibilidad de una web pública con el mismo rango profesional que una emisora de radio o de televisión. Hablamos, lo sabemos, de una suerte de revolución comunicativa, como en su momento lo fue sin duda la aparición de una emisora nacional de radio, primero, y de televisión, después, sin los requerimientos de rentabilidad y con la misma profesionalidad que los medios dependientes de empresas privadas.


La autocompetencia informativa, nuevo fenómeno empresarial nunca visto

El panorama actual de empresas haciéndose la competencia a sí mismas, de vendedores sirviendo gratis lo que cobran en papel, es bastante extraño y singular y no es posible asegurar que vaya a durar mucho tiempo. Tal vez la decisión de la compañía editora del diario El País, de Madrid, de empezar a cobrar a los visitantes de su sitioweb sea señal de que algo va a cambiar, al margen de que ese auténtico ensayo profesional fracase o triunfe. También, qué duda cabe, podrá ser el inicio de la gran oportunidad para proyectos nuevos y jóvenes para ocupar el nicho de servidores gratuitos de información periodística enlínea, hasta ahora prácticamente colapsados con la gran competencia que implicaban las versiones telemáticas de diarios en papel ya establecidos y sin problemas de supervivencia en el mercado. Ese rol de empresas sirviendo sin costo al lector lo que cobran en papel tiene igualmente una doble lectura:

- Es una campaña empresarial para conseguir adictos, crear entre los lectores posibles la necesidad de acudir al nuevo ámbito periodístico. Así sucedió al comienzo de la radio, así acaba de verse al inicio de la popularización de la telefonía móvil: como no había gente con ese aparato receptor telefónico, las empresas lo regalaban o lo vendían a precios falsos, ridículos. La idea no era otra que empezar a tener clientes donde hasta ese momento sólo había posibilidad de consumidores.

- Es una medida comercial prospectiva, que tiende a que la compañía no pierda la oportunidad de adquirir experiencia en un campo novísimo, aunque ese nuevo conocimiento les cueste alguna inversión. Ninguna empresa con ideas de ampliación y desarrollo puede dejar escapar una posibilidad de hacer dinero por el mero hecho de no conocer la magia, la sorpresa y el misterio del negocio que se avecina o se anuncia en la red.


Por todo lo anterior, Internet, la web fundamentalmente, posee gran aptitud para ponerse al servicio del sector público, o sea, de la sociedad en su conjunto, y erigirse en el gran sistema de información periodística con futuro real para la sociedad en su totalidad. Es precisamente el sector público, de la mano de los gobiernos o, mejor, de instituciones o entidades no lucrativas, el único donde la información social dirigida a la comunidad no está sujeta a la rentabilidad, aunque sí muchas veces a la subjetividad o manejo del poder que cree que ese servicio público no es tal sino de su entorno o propiedad. Esto último sólo es un vicio derivado del imperio sobre la sociedad y de la consecuente sumisión de algunos profesionales cuando se encuentran en puestos de trabajo inestables, sin la seguridad derivada de un marco estrictamente técnico sin más, como sucede en algunas emisoras de titularidad pública.18


Espacio, espacio, espacio: ¿enemigo de la comunicación?

En cualquier sitioweb, destinado a información periodística o a cualquier tipo que aquella sea, habrá desaparecido el problema del espacio físico para ofrecer información, pues todo el espacio es nuestro:19 el espacio para insertar información o datos deja de suponer un problema y aparece la posibilidad de poner grandes documentos enlínea y hacerlo de forma numerosa, como jamás ha sucedido en prensa. Esta coyuntura, para el periodismo del día a día, supone algo positivo, supone algo negativo...

- Positivo: en los nuevos medios en la web habrá espacio para todo lo que se desee abrir al público lector, lo que evidencia enorme cantidad de datos o informaciones enlínea. Esta novedad será positiva para nuevos medios del tipo de revistas científicas enlínea, donde la extensión del documento nunca será un escollo, hasta el punto de que hace posible la existencia incluso de ficheros tan largos o numerosos conectados entre sí, para ofrecer librosweb o libros en línea.20

- Negativo: la masa lectora o el individuo lector no tiene tiempo material para leer todo lo que se le ofrece, de ahí la necesidad de filtrar, seleccionar e incluso reducir los textos, datos e informaciones, que se ofrezcan en un sitioweb, en un nuevo medio telemático. Más es menos: más texto a nuestro alcance en cantidades difíciles de aceptar es menos posibilidad de llegar al mensaje, al verdadero mensaje o mensaje de positivo interés que se esconda en tanto daterío.

Si así no sucede, si en la web no se hiciera esa labor periodística de ajustar los textos ofrecidos a la real capacidad lectora del cibervisitante, la modalidad mediática del sitioweb perdería fuerza comunicativa y parte de su propia razón de ser. De ahí que la situación emergente hubiere de exigir un mayor rigor en la oferta comunicativa que se abra en el servidor remoto. De no ser así, el medio telemático abierto en una web será poco operativo para los lectores, convertidos desde hace ya tiempo en veedores de información, más que verdaderos lectores. Veedores que pasan sus ojos por las páginas del periódico, que ven, leen los elementos tipográficos de mayor tamaño que el cuerpo de texto y sólo entran en un pasaje si de verdad les interesa desde los titulares que lo anuncian.21


Más información, menos capacidad comunicativa

Nos encontramos en este momento ante la evidencia negativa de unas nuevas posibilidades técnicas aplicadas a la comunicación social: la nueva tecnología permite documentos tan extensos como se quiera, pero ese fichero informativo tan grande no amplía la capacidad comunicativa si resulta excesivamente amplio frente a la capacidad lectora racional de un lector medio. Por eso, en esta situación todavía emergente, en los nuevos medios gráficos en la web se exigirá un mayor rigor en la oferta comunicativa, para que ésta vaya emparejada con las posibilidades de los lectores, para que la propuesta tan generosa no resulte a la postre un medio complejo y absoluto, con dificultades para llegar a los lectores.

El otro escollo lo es de fondo: el contenido que hallamos en los media, por término general, ¿tiene la alta calidad que se espera de estos medios clásicos y tan conocida su hechura por el mundo profesional, donde no hay misterios para su realización? Todo parece indicar que no, que hay una crisis no sólo aparente sino muy vista, que la generalidad de las empresas de comunicación periodística se ocupa más de los resultados de su balance anual que de llenar de contenidos ricos sus espacios de comunicación, sean planas de periódico o minutos de radio o televisión.22 Lo peor del caso es el rol que muchos profesionales están jugando en este nuevo escenario no deseado.

Puede estar sucediendo que mientras nos preocupamos de los nuevos medios posibles, los medios clásicos, los de toda la vida, se están esfumando, perdiendo credibilidad, se abandona el concepto de diario de calidad en pro del diario popular y, en definitiva, se altera el paradigma de medio informativo con rigor suficiente para conocer qué sucede en el mundo a través de su lectura, de escuchar o de ver lo que nos envían los medios audiovisuales. Si lo que está pasando es eso, plantearnos los nuevos medios y no los contenidos raya en la ridiculez, bajo el dominio de la tecnología sobre el mensaje, que ha sido, es y seguirá siendo lo importante, lo único importante en cualquier actividad relacionada con la comunicación social y colectiva.


NOTAS

1) Bell, Daniel, El advenimiento de la sociedad post-industrial. Madrid: Alianza, 1975.

2) Nora, Simon y Minc, Alain. La informatización de la sociedad. México: Fondo de Cultura Económica, 1978.

3) Masuda, Yoneji, La sociedad informatizada como sociedad post-industrial. Madrid: Fundesco, 1984.

4) Cínico, voz empleada en su acepción popular peyorativa, no en sentido filosófico puro. Vid. Cinismos / Retrato de los filósofos llamados perros, de Michel Onfray (Barcelona: Paidós, 2003).

5) Vid. José Manuel de Pablos y Concha Mateos, Internet, poco que ver con la difusión del conocimiento, Escola Galega de Administración Pública. Santiago de Compostela, 2003. Actas de las "Jornadas sobre la divulgación del conocimiento en la sociedad de la información" (en prensa).

6) Vid. José Manuel de Pablos, "Necesidad de aclarar conceptos y terminología sobre Internet", en Estudios sobre el Mensaje Periodístico, 2001, número 7 (pp. 57 - 67). Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Periodismo I.

7) Ver "Los medios buscan soluciones contra el envejecimiento de sus audiencias", en http://www.mediabriefing.com/actualidad.asp?idarticulos=419 [visitado el 29.03.03]

8) "La radio española se enfrenta a un futuro incierto, provocado especialmente por el desarrollo de las nuevas tecnologías y la implantación de la radio digital. En este horizonte de "insospechadas incertidumbres", según la evaluación efectuada ayer por el director general de la unidad de medios de comunicación en España del Grupo PRISA, Augusto Delkáder, triunfarán los operadores que apuesten por "la creatividad y la innovación programática"..., en "Los operadores de radio alertan sobre las incertidumbres del sector", El País, en http://www.periodistadigital.com/dircomdigital/object.php?o=985&p=share/zz_noticia.php (visitado el 29.03.03).

9) Poner una pantalla en el receptos de radio de un automóvil (según Pyoneer) cuesta como mínimo 500 €. Los receptores domésticos tienen estos precios: 107.000 pesetas más 23.200 de antena (Grundig, modelo DCR 200DAB); 62.900 más IVA y 109.900 más IVA (JVC, KD-SX1000R); 124.900 más 18.900 la antena y 224.900 el monitor (Clarion, DAH 9500z); de 115.000 a 128.000 más IVA, con antena (Pioneer, GEX-P900DAB-II). En Inglaterra, país pionero y banco de pruebas de la radio digital DAB, el receptor más barato es el Blaupunkt, que cuesta 70.000 pesetas, con antena. (Fuente: web de Radio Nacional de España sobre la radio digital, del Foro de la Radio Digital y de El Mundo, www.rtve.es/dab; www.radiodigitaldab.com y www.el-mundo.es/radio, respectivamente, visitados el 19 de marzo de 2003).

10) DAB, Digital Audio Broadcasting, denominación de la radio digital en lengua inglesa y siglas por las que se le conoce en los ámbitos técnicos y profesionales.

11) Vid. Del plomo a la luz (José Manuel de Pablos, La Laguna, Centro de la Cultura, 1993); Goodbye, Gutenberg (Anthony Smith, Barcelona, G. Gili, 1983).

12) Vid. "El periódico informatizado", José Manuel de Pablos, en Estudios sobre tecnologías de la información, 2; Madrid, Dykinson, 1992, pp. 69 - 135.

13) Gráfico: tipográfico (texto), dibujo (chistes, caricaturas, ilustraciones), fotográfico, infográfico...

14) Vid. El mundo digital (Nicholas Negroponte, Barcelona, Ediciones B, 1996).

15) Vid. "Esbozo de la teoría de la periótica / El periódico en la era telemática" (José Manuel de Pablos, en El nuevo mapa informativo europeo, Pamplona, Editorial de la Universidad de Navarra, 1999, pp. 543 - 555.)

16) Tim Berners-Lee (con Mark Fischetti; prefacio de Michel Dertouzos; prólogo de Javier Solá), Tejiendo la red. El inventor del World Wide Web nos descubre su origen / Madrid: Siglo veintiuno, 2000.

17) Ponemos la voz periódico entre comillas, porque en el tiempo de la telemática aplicada al periodismo ya no tiene razón de ser la oferta informativa de modo periódico, vista la alta capacidad de actualizar un sitioweb a medida que aparecen noticias y éstas quedan debidamente editadas o, incluso, servir y poner enlínea sin editar del todo o sin editar, incluso.

18) Solamente por tal motivo se ha podido ver la queja manifestada por trabajadores de televisión pública española -estatal o autonómica gallega- ante el silenciamiento de noticias sobre la negativa popular a la guerra del Golfo de 2003 o sobre lo referido al vertido de petróleo en aguas cercanas a Galicia en noviembre de 2002, respectivamente.

19) Ideas expuestas con más detalles en La red es nuestra (José Manuel de Pablos, 2001Barcelona: Paidós Ibérica / Buenos Aires: Editorial Paidós).

20) Hablamos de 'libroweb', en referencia a libros que se encuentran enlínea, libros digitales, documentos monográficos preferentemente, con un número de páginas superior a 50. Estos librosweb se encontrarán en la biblioweb. Éste es un neologismo más acertado que 'biblioteca digital', desde el momento en que el sufijo -teca significa espacio físico donde se guarda o depositan documentos, sean discos (discoteca), pinturas (pinacoteca), libros (biblioteca), periódicos (hemeroteca), mapas (cartoteca)...

21) Los veedores son inspectores de los mercados: ven las frutas, pero no las prueban.

22) Vid El Periodismo, herido (José Manuel de Pablos, Madrid, Foca Investigación, 2001); El ocaso del Periodismo (José Luis Martínez Albertos, Barcelona, Cims, 1998).



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